Héctor Zagal

(Profesor de la Facultad de Filosofía en la Universidad Panamericana)

En 1930, los españoles decidieron que cada 23 de abril se celebraría el Día del Libro. ¿La razón? Una coincidencia algo macabra.

El 23 de abril de 1616 falleció el dramaturgo inglés William Shakespeare. En esa misma fecha también murió el escritor Inca Garcilaso de la Vega. Y por si fuera poca causalidad, también falleció el autor del Quijote, Miguel de Cervantes.

Pero esta coincidencia no es muy cierta que digamos. Miguel de Cervantes en realidad falleció el 22 de abril de 1616 y William Shakespeare sí murió el 23 de abril de 1616, pero del calendario juliano.

Aun así, esta fecha se ha mantenido como el Día del Libro desde entonces. En 1995, pasó de España a todo el mundo, pues la UNESCO estableció que ese sería el día internacional para celebrar al libro.

A la par, se ha tenido la tradición de nombrar cada año a una ciudad como Capital Mundial del Libro. En 2023, la elegida fue Acra, capital de Ghana. Este año, la capital es Estrasburgo, en Francia, y en 2025 le tocará a Río de Janeiro ostentar este título.

No hace mucho, en 2022, Guadalajara fue la Capital Mundial del Libro. Lo tiene bien merecido. Gracias a su Feria Internacional del Libro (FIL), se le considera como la ciudad con el mayor mercado mundial de publicaciones en español.

En efecto, la FIL de Guadalajara es todo un festival literario. Se estima que el año pasado acudimos más de 850 mil personas. Hubo editoriales de 61 países diferentes y más de 17 mil escritores presentes. Esta feria se ha organizado desde 1987 por iniciativa de la Universidad de Guadalajara y es una de las más importantes de todo el mundo.

Por desgracia, incluso estos eventos llenos de júbilo literario no se salvan de los infortunios. En 2017, por ejemplo, se tuvo que cancelar la 29 edición de la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia. Me imagino que el año ya les da una pista de por qué se canceló. En efecto, el terrible terremoto de septiembre ocurrió diez días antes de que iniciara esta feria. Atendiendo a las indicaciones de la autoridad, el INAH tuvo que suspenderla.

De la censura tampoco se salvan. Hoy Argentina también tiene su gran feria del libro en Buenos Aires. Sin embargo, sus inicios fueron turbios. La primera edición de esta feria se dio apenas un año antes de que llegara al poder la dictadura militar de Videla. Como es de esperarse, los primeros años de esta feria estuvieron llenos de cancelaciones y prohibiciones. El mismo Julio Cortázar fue incluido en la lista negra de la dictadura y ni él ni sus libros estaban permitidos en el país.

Pero cuéntenme: ¿con qué libro van a celebrar este día?

Sapere aude!

@hzagal

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