Justo un día después de que el gabinete de seguridad anunció una baja generalizada en las cifras de delincuencia, el Inegi distribuyó ayer jueves la encuesta de percepción nacional sobre inseguridad pública del primer trimestre de 2024, y el dato más revelador fue el aumento de 1.9 puntos porcentuales de la percepción de inseguridad que pasó de 59.1% en diciembre a 61% en marzo.

Se podrán dar todas las justificaciones del caso, pero la encuesta está dando una pista que hay que atender: la percepción social sobre el estado de la inseguridad y no el registro de números oficiales basadas en averiguaciones previas gubernamentales. Es decir, a pesar de las cifras tangibles de disminución de la inseguridad, la sociedad se siente más insegura hoy que a finales del año pasado.

En el largo plazo, en efecto el Gobierno actual ha logrado una disminución en las cifras de percepción de inseguridad: en septiembre de 2018 la percepción estaba en el techo de 79% y se logró un piso en diciembre pasado de 59.1%.

Sin embargo, el rebote en las expectativas o percepciones de inseguridad por parte de la sociedad participan muchos elementos a tomar en cuenta, sobre todo, el que señala el hecho de que el Gobierno de la República perdió el ritmo de control del discurso sobre la inseguridad y por ello se pueden tener cifras decrecientes de actos delictivos pero un repunte de percepciones sociales.

Aunque también existe certeza en la identificación de 50 municipios y seis estados como detonadores del pánico social sobre la inseguridad, el Gobierno federal no ha sabido gestionar políticas de comunicación que se reflejen en los medios y por ello se tiene una percepción nacional de inseguridad a partir de cifras y zonas regionales muy localizadas de delincuencia.

Hasta ahora, el Gobierno federal ha centrado su discurso comunicacional en las mañaneras, pero no ha sabido construir una política nacional de comunicación social sobre seguridad.

 

Zona Zero

Las cifras y encuestas sobre inseguridad no han encontrado certezas para la sociedad ni en las campañas presidenciales ni en las pequeñas declaraciones del primer debate de candidatos a Palacio Nacional y esta falta de mensajes tranquilizadores de quienes quieren gobernar la República los próximos seis años es otro elemento que debe tomarse en cuenta para calibrar el estado de ánimo social frente a la inseguridad. La delincuencia será un tema que determinará una parte importante del sentido del voto.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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@carlosramirezh

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